Tu bienestar radica en tus acciones
El que ama la fama hace coincidir su felicidad con la actividad ajena; el que ama el placer, con el goce de sus pasiones; el inteligente, en cambio, con su propio proceder. ¿Quiénes son aquellos a quienes quieres agradar? ¿Y por qué ganancias, y gracias a qué procedimientos? ¡Cuán rápidamente el tiempo sepultará todas las cosas, y cuantas ha sepultado ya!
Marco Aurelio, Meditaciones, 6.51
Si tu felicidad depende de cumplir ciertas metas, ¿qué pasa si interviene el destino?, ¿o si te rechazan?; ¿y si se interponen sucesos externos?
¿Y si conseguís todo lo que te propusiste, pero descubrís que a nadie le impresiona? Ese es el riesgo cuando permitís que las cosas que no podés controlar orienten tu felicidad.
Si un actor se centra en la respuesta del público a una obra, se sentirá decepcionado y herido constantemente. Sin embargo, si le apasiona actuar, y se esmera para que salga lo mejor posible, siempre encontrará satisfacción en su trabajo. Como él, encontrá placer en tus acciones, en las acciones adecuadas, y no en el resultado.
Que tu ambición no se centre en ganar dinero, sino en trabajar con esfuerzo y placer por lo que hacés. Que tu intención no sea buscar el reconocimiento, sino hacer lo que considerás correcto.
No te centres en lo que te sucede, sino en cómo responder a eso. De esta forma siempre encontrarás satisfacción y ejercitarás la resiliencia.
Ejercicio de control del pensamiento y regulación emocional
Recordá que para incorporar esta doctrina en nuestro pensamiento y fortalecer el control mental, es necesario ejercitar la atención plena o mindfulness. Cliqueá en el siguiente link para entrenar tu mente y aprender a gestionar tus emociones