¿Qué dice tu epitafio?
Cuando veas su investidura, ostentada frecuentemente, o su nombre célebre en el Foro, no los envidies; todo eso se adquiere perdiendo la propia vida.
[...]A algunos, antes de que ascendieran a la cima de su ambición, los abandonó la vida en los preliminares de la lucha; a otros, cuando habían trepado a la más alta dignidad gracias a mil indignidades, les llega el miserable desengaño de que todo por lo que han trabajado ha sido para el epitafio de su tumba.
Séneca. Sobre la brevedad de la vida.
A veces, nuestros compromisos profesionales pueden volverse un fin en sí mismos. Un político puede justificar que descuida a su familia por centrarse en su trabajo, un escritor puede creer que su “genialidad” justifica su conducta egoísta y antisocial. Cualquiera que posea cierta perspectiva puede ver que el político está enamorado del poder y al escritor le gusta ser condescendiente y sentirse superior. Los adictos al trabajo siempre buscan pretextos para su egoísmo.
Si bien estas actitudes pueden resultar en logros impresionantes, su costo rara vez se justifica.
Como dijo Séneca: El estado de todos los ocupados es miserable; pero el de aquellos cuyas ocupaciones no son suyas, es miserabilísimo; duermen por sueño ajeno, andan con ajenos pasos, comen con ajena gana; y hasta el amar y el aborrecer, que son acciones tan libres, lo hacen dominados.
Ejercicio de control del pensamiento y regulación emocional
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