Tratamiento y Ayuda para Niños con Hiperactividad y Neurofibromatosis
En el tratamiento del trastorno de hiperactividad y déficit de atención (TDAH), me enfoco en desarrollar el autocontrol y las habilidades sociales. No solo apunto a reducir el comportamiento problemático, sino también a mejorar la calidad de vida de mi paciente.
Para enseñar a los niños a controlar su conducta impulsiva se trabaja junto con los padres y los profesores; esto mejora su desempeño social y académico. Utilizo técnicas como registros de comportamiento para hacer un seguimiento de su progreso y adapto mi enfoque según sus necesidades individuales.
Aunque no hay un tratamiento específico para la NF, es importante vigilar de cerca la salud del niño y tratar cualquier complicación que pueda surgir. Los padres y los profesionales debemos estar atentos a su desarrollo y progreso escolar, y ayudar al niño a adaptarse a su condición de manera positiva.
Con paciencia, comprensión y apoyo adecuado, los niños con hiperactividad y NF pueden tener una vida plena y feliz. Es importante no limitarlos a su condición, sino ayudarlos a desarrollar su potencial y a convivir de manera positiva con los demás.
Tomemos el caso de Tito, quien tiene hiperactividad y Neurofibromatosis (NF). La NF puede causar problemas de salud, pero con atención médica adecuada, los niños pueden llevar una vida saludable. Para Tito, desarrollé un programa especial que se enfocaba en sus fortalezas y necesidades específicas.
Introducción: En el tratamiento psicoeducativo de niños con hiperactividad y trastorno de atención, se enfoca en el desarrollo del control inhibitorio y las habilidades de autocontrol. Este enfoque busca no solo reducir la conducta problemática, sino también promover cambios personales y contextuales que mejoren la calidad de vida del niño.
Parte 1: Enfoque Terapéutico y Educativo
En el espacio psicoterapéutico hago foco en el aprendizaje del control inhibitorio. Si entendemos que el niño hiperactivo no se porta mal deliberadamente sino que, más bien, no puede controlar su conducta, la intervención debe centrarse, por lo tanto, en mejorar las habilidades de autocontrol deficitarias. El objetivo último, por lo tanto, no consiste únicamente en la reducción de la conducta problemática, sino en la consecución de importantes cambios personales y contextuales del sujeto para que alcance una vida más satisfactoria. Terapeuta, familia y docentes, debimos trabajar juntos para ampliar las relaciones sociales, el rendimiento académico y el autocontrol del niño. Se sabe que la dinámica del aula se caracteriza especialmente por las demandas que se hacen a los niños para que sigan normas, interactúen adecuadamente con otros niños y adultos, participen en actividades instruccionales dirigidas por un adulto, aprendan lo que se les está enseñando y eviten interrumpir el aprendizaje y las actividades de los compañeros. El comportamiento y el aprendizaje de los niños hiperactivos plantea serios retos a sus docentes porque fallan en la ejecución de las tareas, pero no generalmente porque no dispongan de las habilidades necesarias, sino porque no pueden rentabilizar sus conocimientos cuando la tarea, social o académica, exige comportamientos autorregulatorios que deben organizarse a lo largo del tiempo. Es obvio que la naturaleza de este problema conlleva un planteamiento educativo distinto y recursos diferentes para estos niños, al menos durante el proceso de adquisición del autocontrol.
Un recurso útil es el registro observacional de formato semanal; la docente puede observar y anotar la conducta del niño, mediante un registro de frecuencias, durante un período de 15 minutos durante la primera franja horaria (primeras horas de clase) y otros 15 minutos en la segunda franja horaria (últimas horas de clase) , con respecto a las siguientes conductas: estar fuera de la tarea, desobediencia a las órdenes del profesor, intranquilidad en el asiento, molestar al profesor o a los compañeros, levantarse del sitio y grado de agresividad. Con este registro pudimos hacer un seguimiento pormenorizado del caso a continuación descripto, favoreciendo su evolución y cumplimentando los objetivos escolares.
Luego de intervenciones tendientes a disminuir la ansiedad de la madre respecto de la Neurofibromatosis del niñito, y habiendo incorporado la idea de límites y prohibiciones que encauzan el comportamiento impulsivo, se le dió el alta, dejando el espacio terapéutico abierto para cualquier consulta.
Parte 2: Caso clínico ilustrativo:
Tito inicia tratamiento a causa de las dificultades que presenta en la adaptación escolar, ya aparecidas en el jardín de infantes.
Los síntomas fundamentales del síndrome por déficit de atención con hiperactividad son:
1. Déficit de atención.
2. Impulsividad.
3. Hiperactividad.
En Tito además, estos síntomas se asociaban a un trastorno hereditario de base denominado Neurofibromatosis (NF) tipo 1, que causa crecimiento incontrolado de tejido a lo largo de órganos y nervios. Vivir afectado por la NF implica una adaptación, tanto a ciertos problemas médicos, como a la incertidumbre de cuándo y cómo pueden, o no, aparecer complicaciones. Esto debe ser observado con perspectiva, y no debe sobrepasarnos (a padres, docentes y profesionales tratantes). La mayoría de estos niños puede vivir una vida larga y saludable. Pero sí, hay que reconocer que algunas complicaciones de la NF pueden ser vitalmente amenazantes. Esta condición merece siempre un respeto por parte de los afectados, de sus familias y de profesionales y docentes intervinientes, dada la posibilidad de problemas inesperados.
Cómo actuar ante la neurofibromatosis (NF)
Hasta ahora no hay tratamiento específico, ni médico ni quirúrgico, que pueda curar la NF, ni mejorarla, ni prevenir sus complicaciones. La actuación médica de la NF se limita a la detección temprana de las complicaciones que puedan ser tratadas. El tratamiento en este sentido significa cirugía para extirpar o reducir el tamaño de los neurofibromas, valoración y actuación sobre las dificultades de aprendizaje si las hay, problemas de comportamiento, etc. La anticipación o previsión de estos problemas y su pronta intervención mejora el resultado del tratamiento.
Generalmente, se recomienda que una persona con NF se haga una revisión médica completa por lo menos una vez al año. El progreso en los conocimientos del niño y el progreso escolar, en general, deben ser también motivo de atención. Los padres de niños pequeños con NF se preguntan con frecuencia qué problemas específicos relacionados con la NF podrían aparecer, transmitiendo involuntariamente, ansiedad y temor al niño.
Por lo anteriormente expuesto, se realizó un estudio en profundidad de las habilidades y capacidades T., así como de aquellas áreas débiles y se elaboró un programa especial diseñado para hacer frente a sus dificultades y necesidades concretas. Se focalizó en las potencialidades del niño, porque si éstas hubieran pasado inadvertidas por las dificultades que causa el trastorno de base, podría haberse desmoralizado con el fracaso escolar, en lugar de recibir la ayuda específica que necesitaba.
En cuanto al déficit de atención con hiperactividad, la característica que mejor define a estos niños es su concepto vital – el mundo se circunscribe a ellos, y los demás son el entorno que les tiene que servir – mostrándose torpes para la motricidad fina, inquietos, caprichosos, entrometidos, acaparadores, egoístas y con poca capacidad de frustración. Durante la edad escolar se muestran dispersos, infantiles, inmaduros, mienten, se levantan del pupitre muchas veces, interrumpen a otros niños y a profesores.
Tito en particular, presentó factores favorables para una buena evolución:
1. El trastorno no es severo (se manifiesta fundamentalmente en el ámbito escolar donde debe cumplir reglas).
2. Tiene buen nivel intelectual. 3. Su familia es de clase media. 4. Asiste a una escuela en la que pueden acoplarlo.
Se requirió para ello:
1. Toda la paciencia del mundo con él.
2. Buen entendimiento de padres y docentes.
3. No darle ni exigirle más de lo razonable.
4. Conseguir que aprenda a escuchar.
5. Adecuado encauzamiento profesional
6. Conseguir que aprenda a convivir con los demás “de igual a igual”.
7. Hacerle conocer que existe un nivel de competencia para cada uno (todos incluidos) y no sobrepasarlo.
Es importante señalar que por tener NF no debe ser tratado como un enfermo o como un niño excesivamente frágil. No hay necesidad de restringir la actividad, a menos que se sepa que tiene una especial complicación que sea propensa a un daño.
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