Prescindí de lo innecesario
Abarca pocas actividades si quieres mantener el buen humor.
¿No sería mejor hacer lo necesario y todo cuanto dictase la razón del ser sociable por naturaleza, y de la manera que lo dictase? Porque este procedimiento no solo procura buena disposición de ánimo para obrar bien, sino también el optimismo que proviene de una actividad moderada.
Así pues, la mayor parte de las cosas que decimos y hacemos, al no ser necesarias, si las suprimiésemos, reportarían bastante más ocio y tranquilidad.
En consecuencia, es preciso recapacitar personalmente en cada cosa: ¿Será ésta una de aquellas cosas innecesarias? No sólo es preciso eliminar las actividades innecesarias, sino también las ideas innecesarias. De esta forma, dejarán de acompañar las actividades superfluas.
Marco Aurelio, Meditaciones, 4.24
Los estoicos no eran monjes. No se retiraban al santuario de un monasterio o templo. Eran políticos, soldados, empresarios, artistas. Practicaban su filosofía en medio del ajetreo de la vida, igual que vos.
La clave para lograrlo es suprimir implacablemente de nuestras vidas lo que no es esencial: lo que la vanidad nos obliga a hacer, lo que la avaricia nos impone, lo que la falta de disciplina nos quita, lo que la falta de valor nos impide rechazar.
Tenés que cortar, cortar y cortar todo eso.
Ejercicio de control del pensamiento y regulación emocional
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