El patrimonio más valioso
El sabio nada puede perder, todo lo ha basado en sí mismo. No confía nada al azar, tiene sus bienes en un lugar seguro y contento con su virtud no tiene necesidad de lo fortuito.
Por tanto, no puede aumentar ni disminuir, porque lo que ha llegado a la cumbre no deja lugar al aumento, y el azar no quita sino lo que él dio; y como no dio la virtud, no puede quitarla.
Séneca. De la constancia del sabio, 5.4
Algunos invierten su dinero en bienes: acciones, bonos, propiedades. Otros invierten en relaciones personales o logros, con la seguridad de que pueden recurrir a ellos, tal como otros pueden retirar fondos de una cuenta bancaria. Para Séneca, existe una tercera clase de personas, las que invierten tiempo en ellas mismas; en sus virtudes y fortalezas.
De estos bienes patrimoniales, ¿Cuál es el más inmune a las fluctuaciones del mercado y desastres financieros? ¿Cuál te hace más resiliente de cara a las dificultades?
La propia vida de Séneca es un ejemplo interesante. Como amigo de Nerón el emperador, acumuló una fortuna, pero a medida que el emperador se fue desquiciando cada vez más, Séneca se dio cuenta de que debía alejarse de él. Le propuso a Nerón cederle todo su dinero y devolverle sus regalos a cambio de la libertad.
Al final, Nerón rechazó la oferta y Séneca se retiró en relativa paz. Hasta que un día acudieron los verdugos con su sentencia de muerte. En ese momento, ¿en qué se apoyó Séneca? No en su dinero ni en sus amigos, quienes, aunque tenían buenas intenciones, eran una fuente de pesar y lamentos. Se apoyó en su virtud y fuerza interior.
Fue el momento más difícil de Séneca, el último, y el magnífico.
Ejercicio de control del pensamiento y regulación emocional
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